lunes, 31 de marzo de 2008

Pintando puertas

Hace algún tiempo mientras paseaba por mi querido "Gotxo" pasé por delante de una tienda de comics ... aunque en mi infancia, por influencia de mi tío, era un devorador de tebeos, hace muchos años que no me sentía atraido por ellos. Pero sea por lo que fuere me decidí a entrar y ojear las baldas de la tienda en busca de no sé bien qué.
Crucé aquella puerta y fué como teletransportarme a un universo totalmente desconocido para mi. Entre figuras de coleccionismo, juegos de rol, decenas de comics manga y hasta una especie de cereales japoneses (los chicos de la tienda me dijeron que ellos lo comían como palomitas mientras veían pelis), intenté buscar algo que me fuera familiar, algo que reconociese mi memoria infantil ... pero fué imposible ... ni rastro de Anacleto, El reporter Tribulete, Las hermanas Gilda, Carpanta, Plurilopez, Tete Gutapercha, Super Lopez, Benito Boniato o la fauna que habitaba el 13 rue del percebe.
Al fin encontré una sección de comics entre los que hallé alguno que me resultaba familiar de mi época mas adolescente, de cuando ojeaba los numeros atrasados que semanalmente compraba mi tío en el puesto de libros y revistas viejas del mercadillo de Villarcayo. Publicaciones como Cimoc, 1984, Totem, Creepy, todas las variantes de Conan y aquellas magnificas tiras cómicas de Sturmtruppen ...



... simplemente geniales.

Como decía encontré varios álbumes de comics realmente interesantes y me compré uno de una serie llamada "Las ciudades oscuras", mas concretamente dentro de esa colección el titulado "La chica inclinada" ...



... donde se narran las historias paralelas de tres personajes que llegarán a encontrarse en un mundo ajeno al suyo. El primero de ellos es Mary, una chica que quedará inclinada permanentemente después de montar en una atracción de una feria mientras se produce un eclipse. El segundo es Axel Wappendörf, un investigador que dedica su tiempo y esfuerzos en encontrar una explicación al extraño eclipse. Y el tercero es Agustin Desombres, un pintor atormentado que ha emprendido un solitario viaje, que le lleva a una antigua casa deshabitada en la que dá rienda suelta a su inexplicable obsesión por pintar las imagenes que le vienen a la cabeza ... infinidad de esferas, el retrato de una chica desconocida y multitud de puertas.

La historia de éste último es una bella mezcla de fotografías y dibujos, entre ellos hay uno que me gusta mucho, uno en el que pinta unas puertas en una de las desconchadas paredes.



"No he conseguido acabar el retrato de la chica. Faltándome ella, los otros frescos se me antojan inútiles.
¿Por qué me he puesto a pintar todas estas puertas?
A veces tengo la impresión de que esos lugares se modifican a mi alrededor. Que este pasillo, ayer mismo, no era tan estrecho. ¿será que la soledad me está volviendo loco?

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