jueves, 19 de marzo de 2009

Nueva York

Nueva York primero te viola y después te seduce ... te golpea, te rompe, te grita al oido, te escupe a la cara y aún así no puedes dejar de mirarla. Nueva York te observa, dibuja tu sombra sobre su acera y antes de que te de tiempo a verla ... la borra. Nueva York te hace sentir el minusculo centro de su infinito universo, te eleva, te hunde, te desangra. Nueva York respira ... y te ahoga, escribe tu historia, decide tu suerte, te muestra la mierda que hay debajo de su alfombra y esconde el oro poniéndolo ante tus ojos. Nueva York te mata súbitamente ... te resucita con cada paso que das, te engancha de una manera que cuanto mas lejos estás con más fuerza la recuerdas.











Nueva York existe para recordarte que algún día tal vez tú también lo hagas.

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